DE TODO UN POCO

El 10 de diciembre de 1948 se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la ONU. Pero como muchos podremos ver dicha Declaración Universal de los Derechos Humanos, para muchos no existe.

Veamos un poco de cuales son sus antecedentes:

La carta comenzó a concretarse tras la segunda guerra mundial cuando el mundo civilizado quedaba tan horrorizado que rápidamente se comenzó a trabajar para constituir una organización de naciones unidas precisamente para que nunca más volviera a ocurrir otra guerra mundial. El resultado, la actual ONU, tiene muchas lecturas, muchos defectos y algunas virtudes. Entre estas últimas destaca la Carta IDH y este documento por sí sólo ofrece sentido a la Historia de la Democracia, estableciendo claramente un antes y un después en los niveles civilizadores del Humano. Por otro lado es difícil precisar esta Carta porque son tres fechas distanciadas, correspondientes a sus tres documentos que entraron en vigor durante días diferentes:
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de 1948. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 3 de enero de 1976. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 23 de marzo de 1976. La Declaración no goza de carácter vinculante (incomprensiblemente a estas alturas de la Historia), pero se puede afirmar que en el año 1976 comenzó una nueva Época histórica (ya que los Pactos si son vinculantes), nueva época sin nombre e invisible y desde aquí trataremos de aportar un poco de luz. Por supuesto que la caída del muro de Berlín en 1989 cambió la Historia y el mundo humano va pasando de ser Bipolar a Multipolar. Siempre ha habido imperios, tanto nacientes como decadentes, por lo tanto la caída del imperio soviético no es incomparable desde una perspectiva general de la época contemporánea, ya que otros imperios cayeron durante la misma (como el nazi). Tan sólo puede competir con esta fecha de 1976 la salida del ser humano al Espacio (1961) o su llegada a la Luna (1969), pero son hechos puramente tecnológicos y derivados de una feroz competencia militar entre el pasado mundo Bipolar (y como muestra decir que cuarenta años después todavía no ha vuelto el hombre a la Luna). Sin embargo los dos Pactos susodichos, comúnmente llamados “Pactos Internacionales de Derechos Humanos” (Pactos IDH), son tratados multilaterales adoptados por la Asamblea General mediante la Resolución 2200A, gozando de total continuación histórica. De hecho el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su Título IV creó el Comité de Derechos Humanos formado por expertos independientes que vigilan en todo el mundo el cumplimiento de los derechos declarados en dicho Pacto (no confundir con la Comisión de Derechos Humanos ni con el Consejo de Derechos Humanos, que son foros políticos). A este Comité puede dirigirse toda persona que considere violados sus derechos reconocidos por el Pacto. Cuando el Comité decide sobre la admisibilidad de un caso su decisión es vinculante a los Estados que han firmado el Pacto (la mayoría de las soberanías del mundo). Este Pacto prohíbe las torturas, los trabajos forzados y la detenciones arbitrarias. Reafirma la libertad de pensamiento, la libertad de asociación y la de participación en la vida política, junto a la protección de las minorías. También establece la prohibición de prisión por deudas y la prohibición de propaganda a favor de la guerra. Además de reafirmar otros derechos básicos de carácter civil y político. De igual manera el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales creó el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que supervisa el cumplimiento de dicho Pacto. Este Comité no puede recibir todavía denuncias particulares, aunque lo tiene en proyecto. Entre los derechos recogidos por este Pacto y supervisados por su Comité destacan la igualdad entre hombres y mujeres (también en el salario), el de la salud, de la educación, al trabajo digno, libertad sindical, derecho de huelga, protección de los menores, de la ciencia y de la cultura. Esta fundamental Carta IDH comenzó en 1946 cuando la ONU estableció una Comisión de Derechos bajo la presidencia de Eleanor Roosevelt que a su vez creó un comité de redacción con el único fin de elaborar la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DDHH). Y después de un cuidadoso escrutinio y de mil cuatrocientas votaciones sobre cada una de las cláusulas y palabras, la Asamblea General aprobó la Declaración el 10 de diciembre de 1948 en el Palacio de Chaillot, París. Así esta ciudad, aparte de su identidad como capital de Francia, turística e históricamente merece más las visitas este Palacio de Chaillot que la propia Torre Eiffel. Puede afirmarse que a partir de entonces los derechos civiles y políticos dejan de ser sólo competencia interna de las naciones soberanas, siendo responsabilidad también de la Comunidad Internacional, además de ser la “primera piedra” del nuevo Derecho Internacional. Desgraciadamente la DDHH carece de carácter vinculante, pero goza de aceptación universal con gran fuerza moral; y muchos países han incluido sus disposiciones en sus respectivas Constituciones (donde tienen obligatoriedad jurídica). Existen notables y distintas directrices en la interpretación de los DDHH. Una cosa es clara: la Carta IDH existe. Otra cosa es su fundamento moral o ético, destacando varios, primero la cosmovisión del Iusnaturalismo (ius=derecho), basada en el Derecho natural, donde el altruismo y la empatía son cualidades esenciales. Después existe la cosmovisión iuspositivista, considerando los DD.HH como ideas morales, necesitando formar parte del ordenamiento jurídico a través de la soberanía del pueblo y sus leyes fundamentales. También destaca el Utilitarismo, asociando los derechos al Estado y negando por ello el Derecho natural. Y por último tenemos la Tesis realista que diversifica el origen y fundamento en la asociación de varias doctrinas, entre ellas las económicas y sociales del momento, donde el destino se iguala al origen, trabajando por una conciencia colectiva humana sobre los DDHH; y apostando claramente por la democracia pluralista. En 1979 Karel Vasak asoció las “Tres generaciones de derechos humanos”. La primera defiende lo privado frente al Estado. La segunda la que fundamenta al Estado. Y la tercera es la de la solidaridad abriendo escala universal, surgida a finales del siglo XX. Otros autores anuncian ya una cuarta generación de derechos donde destacan las nuevas tecnologías (internet) y el medio ambiente ante el individuo humano y su máximo colectivo, la Humanidad.

Fuente:http://blogs.rtve.es/la2noticias/2008/12/12/derechos-humanos-y-la2noticias#comments "ciudadanoNick"

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